Y así es, el trabajo, la responsabilidad y el sentido de compromiso son los elementos que jerarquizan el Encuentro de Tarija. El TRABAJO de la gente de la Organización con el Ing. René Aguilera Fierro a la cabeza, secundado por Martha, Guido Medinacelli y otros escritores que aportan lo suyo en una organización que requiere mucha dedicación; la RESPONSABILIDAD a la hora de hacer los ajustes que todo encuentro requiere para que los asistentes que recorren miles de km. para llegar a Tarija, se sientan como en su casa y el COMPROMISO de las autoridades para asumir costos y tiempo porque son concientes de la importancia que el hecho cultural representa. Aquí se debe destacar con toda firmeza de conceptos, la presencia de la Dra. y Escritora, María Teresa Paz, acompañando y dando soluciones permanentes. Estos tres aspectos se utilizan en todo su sentido para poder aseverar que el Encuentro Internacional de Escritores de Tarija, organizado por la Unión de Escritores y Artistas de tarija, Bolivia y la Unión Latinoamericana de Escritores (ULATE), está posicionado entre los mejores y al que da sumo placer concurrir porque vivimos con intensidad cada día y con resignada tristeza cuando el abrazo de la despedida llega inexorable.Superadora la dedicación y organización del 2010 desde el hotel, el restaurant, el transporte y desde lo subjetivo: la atención, el cariño y el compañerismo vivido.
Y todo desde el marco de una inolvidable ciudad de Tarija.Les debemos una crónica porque es necesario hacerla por dos motivos: es de alguna forma devolver tanto afecto y porque no podemos sustraernos a revivir los maravillosos momentos que vivimos. Ya será tiempo que le contemos cada detalle, cada momento compartido con personajes inolvidables como Don Amado Pardo Vacas y su Sra. (esperemos que se esté reponiendo y le mandamos nuestro afecto), en su nombre se hará el Cuarto Encuentro; la sonrisa siempre a flor de rostro de Edmundo, de Bahía, Brasil, con quien conversamos y nos entendimos bastante sobre su tierra de ensueño a la que nos invitó; porque además extrañamos los ojos de mar y la sensibilidad de Laura de Colombia, el silbato festivo de la brasileña-mexicana María Elena Leal Lucas, la afabilidad de León Rengel, dueño del Castillo Azul, con quien paseamos por la hermosa residencia, patrimonio arquitectónico de la humanidad y charlamos sin tiempo en una de las dependencias y nos mostró orgulloso su biblioteca y de tantos otros con los que compartimos días inolvidables.
Ahora, no pudiendo esperar para compartir ello, publicamos algunas fotos y hacemos esta breve reseña de agradecimiento a todos. Y tal vez deba ser un hasta pronto, hasta un tiempo de reencuentro y llegar hasta el árbol que con el calor de nuestras manos quedó en la Plaza Sucre.
Amalia y Esteban
Ahora, no pudiendo esperar para compartir ello, publicamos algunas fotos y hacemos esta breve reseña de agradecimiento a todos. Y tal vez deba ser un hasta pronto, hasta un tiempo de reencuentro y llegar hasta el árbol que con el calor de nuestras manos quedó en la Plaza Sucre.
Amalia y Esteban
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